miércoles, 6 de enero de 2010

Con biógrafos así... quién necesita enemigos...

Cada tanto uno lee cosas que lo sorprenden. Esta es una de ellas. Es una entrevista a un uruguayo radicado desde 1964 en EEUU, profesor universitario. Y hace una publicación con el correo entre Onetti y Pairó, que sería una novedad, un hallazgo. Veamos como empieza la nota, según la descripción del que lo entrevista.

“Siempre se vuelve al primer amor. Lo admite el profesor y crítico uruguayo Hugo Verani, con una copa de vino blanco recién servida, en un bar de Palermo. “Puedes poner que soy onettiano, aunque él tomaba vino tinto. Y cuanto más ordinario, mejor; terraja, como decimos en Uruguay”, bromea.

Bromea, es verdad, pero que este profesor se está tomando una copa de vino blanco en Palermo es cierto. Y después de más presentaciones viene la primera pregunta.

–Como documento biográfico, estas cartas sorprenden por las referencias que hace Onetti a los concursos literarios. ¿Hay que revisar el mito de que era un hombre huraño, reticente y desinteresado del mundo literario?

–Sí, todo el mundo creía esto, pero con estas cartas se produce un cambio radical. Hay que tener en cuenta que Onetti era un hombre muy pobre, que se moría de hambre en la época en que había estado en Buenos Aires. No está en las cartas, pero en varias entrevistas contó que él y la mujer iban a comer a casa de amigos y se robaban cada uno un pan para poder tener garantizado el desayuno al día siguiente. El ve en los concursos literarios la posibilidad de ganar un dinero. Estas cartas rompen con la imagen del escritor que no le importa nada.


Está bien que lo estamos sacando un poco de contexto, que es una entrevista, etc. Pero igual. Cómo se puede tener tanta distancia de la persona de carne y hueso como para decir cosa semejante. Cómo sentado en un bar de Palermo con una copa de vino blanco se puede decir que Onetti no era tan así como parece, porque si bien es cierto que se robaba pan de la casa de los amigos para tener algo que desayunar al otro día, miraba de reojo los concursos literarios porque sabía que de ahí podía rescatar algún patacón. Está bien, ya lo dije, es forzar un poco el texto. Pero hay que dejarse de joder un poco.

Me dio pena.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-16540-2010-01-04.html

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